El recuerdo del vino

Quizás no es de las fotografías más deslumbrantes que hayan inmortalizado al vino. Pero si algo tiene esta imagen, es justamente su sencillez y autenticidad. Capturó un momento que suele ser pasado por alto, uno donde se evidencia a esas copas, que atesoran mínimas cantidades de vino y que ya no serán bebidas, ni disfrutadas por sus portadores.

Son ciertamente muchas copas y parece que todas ellas tienen la misma cantidad de vino… Pero no, ¿cómo podrían? Si cada una vivió una historia diferente, fue sostenida por manos únicas y permitió que alguien también único, disfrutara del beber en ellas.

Es muy probable también, que hayan arribado a su destino en tiempos distintos, unas más temprano que otras, unas más tarde que otras. Quizás algunas de estas copas fueron dejadas de lado, mientras que otras fueron sostenidas con firmeza hasta último minuto.

¿Qué opinión le habrá merecido el contenido a quien bebió de ellas? ¿Les habrá gustado el vino? ¿O les habrá sido indiferente? ¿Lo habrán bebido lentamente deleitándose de cada sorbo? ¿O simplemente fueron vaciadas de una vez, en un único trago?

La magia de esta captura está sin duda en imaginar aquello que ocurrió con cada una de estas copas y con los vinos de los cuales solo se registra una traza, de los cuales solo queda su recuerdo…

¡Salud!

IdV.

 

Fotografía de John Armstrong Millar