Viñedos bajo la Lluvia

Es probable que no los visitemos cuando el clima arrecia, pero existen pocas escenas tan desoladoras y al mismo tiempo atrapantes, como aquellas protagonizadas por los viñedos en un día de lluvia.

Las imágenes develan una conmovedora indefensión de la vid, en ocasiones sutilmente iluminada, en otras sumida en la oscuridad. Pareciera incluso que se vuelven perceptibles esos olores a tierra y hierba húmeda, al mismo tiempo que se escucha el ritmo incesante de las gotas cayendo una a una, sobre sus hojas. Es más, de haber alguna brisa fresca, ésta se logra colar en nuestra imaginación y refrescar luego sutilmente nuestras emociones. Hay belleza, sin duda alguna, en los colores y matices, sin embargo es inevitable dejarse absorber por cierta melancolía, la cual entre recuerdos y ensoñaciones, nos pide más calor y luz.

La naturaleza es hermosa, qué duda cabe, y con cada uno de sus fenómenos nos recuerda que está viva, respirando y en contacto con nosotros. Nuestro deber es cuidarla y protegerla, porque quién sabe, puede que mañana los días de lluvia e imágenes como éstas, se vuelvan no sólo escasos si no cosa del pasado.

¡Salud!

Idv