Estaciones en el viñedo

Observar el paso del tiempo en el viñedo, y admirar la paleta de colores que es capaz de mostrarnos, en los 365 días del año, es algo que de seguro nos conmueve profundamente a muchos, sobre todo a quienes intentan capturar su belleza a través de la fotografía.

¿Cómo no ser capaz de reconocer, que la naturaleza tiene tal nivel de perfección, que es capaz de darle un sentido visual (y espiritual, si se lo quiere llevar más lejos…) a los cambios de color y fisiología, que puede llegar a ser tan noble como la razón científica que hay detrás de ellos?

Pensándolo bien, no tendría porqué ser de esta manera. Podría incluso el paso del tiempo ser un cambio imperceptible a nuestros ojos, y la planta vivir sin darnos muestras evidentes de que algo le está sucediendo, ya sea cuando renace en primavera, o experimenta la madurez del verano, o cuando renueva sus hojas en otoño para finalmente dormir silenciosamente en invierno …

Pero definitivamente no ocurre así. Pareciera que cada estación del año deja en el viñedo huella indeleble de su paso. Cada cambio de temperatura y condición climática es como si constituyesen una forma de comunicación, donde el tiempo transmite  lo que está sucediendo y lo que vendrá, mientras que el viñedo responde, que ha entendido muy bien y que por lo mismo está preparado para enfrentar su siguiente ciclo, con todas sus energías y su pasión. Cada color, forma y textura serían de esta manera, parte del código con que la planta logra efectivamente dar respuesta y continuar con su comunicación interminable con el tiempo.

Las estaciones en el viñedo son un espectáculo digno de ser observado. De corazón los insto a visitar los viñedos en distintas épocas del año e intentar oír y descifrar su mágica conversación con el paso del tiempo.

¡Salud!

IdV

 

Más lecturas relacionadas: