Copas… ¡¡Hasta en pintura!!

Siempre las copas me han parecido un artículo no sólo funcional, si no con un poder decorativo importante, además de ser dignas de mi admiración.

Quizás es su forma estilizada o su transparencia, a lo mejor simplemente el juego visual que se produce cuando al contrastar su color, o ausencia de éste, con el de su contenido. También el que al agitarla, se manifieste invariablemente una especie de «baile» sinuoso entre ambos… No lo sé a ciencia cierta, pero difícilmente puedo imaginar, que sería de nosotros los amantes del vino, sin ellas. El placer de beber no sería el mismo, definitivamente.

Ahora bien, dentro de las numerosas imágenes de pinturas que encontré, di con la que hemos destacado y quedé prendada de ella. En sí misma, era una invitación a acercarme y beberla. Su frescura y brillo, además de su incuestionable realismo (por Dios esas manzanas!!!), fueron suficientes para que yo la escogiese y la incluyera en esta nota.

Honestamente, creo que quien la pintó, merece un SALUD, ¿verdad que sí?

IdV.

 

Más lecturas relacionadas: