Cuando la creatividad no tiene límites, un objeto simple, pequeño e incluso descartable, puede adquirir una segunda vida impensada, tanto más llamativa y útil, que su vida original. Además, buscar hoy en la red ideas para reutilizar, que sean no solo prácticas si no atractivas, abundan.

Quienes bebemos vino sabemos, que hay un atractivo especial, una «magia» asociada a descorchar una botella. Algunos también aprendimos, que las características del corcho, su materialidad y naturaleza lo convirtieron en un elemento indispensable para mantener y permitir el transporte seguro de la bebida, por décadas e incluso siglos. Es más, hay quienes hoy por hoy, tanto lo aprecian, que rechazan cualquier intento por reemplazarlo, ya sea por conveniencia o por una preocupación medioambiental ligada a su origen.

De todas maneras, si existe la posibilidad de prolongar su vida, revalorizarla e incluso darle un nuevo significado luego de haber cumplido su misión original, ¡bienvenida sea! ¿No creen?

¡Salud!

IdV.